miércoles, 29 de julio de 2015

SITRAMSS, TWITER Y UMBERTO ECO


SITRAMSS, TWITER Y UMBERTO ECO

Umberto Eco, semiólogo italiano, lanzo hace unas semanas una dura crítica sobre quienes escribimos en Internet y principalmente en las redes sociales enfocada a dejar claro que, la comunicación ahora masiva para los que tienen acceso a Internet nos da la posibilidad de conocer lo que muchas personas piensan sobre algo, y hasta ese punto eso parece maravilloso! ya que tenemos acceso a información q tan solo años atrás solo soñábamos con tener, y eso tiene algo de similitud con la idea central de la novela más famosa de Eco, El Nombre de la Rosa, que estriba sobre el monopolio del conocimiento, ese monopolio con el Internet parece cada vez más reducido, pero ¿A qué costo?

Como dice Eco, “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas...” cuando en el pasado quienes tenían acceso a dar una opinión parecía que debían de pasar una especie de “filtro” (No siempre académico) que hacía que esa opinión tuviera un peso de interés, pero ahora, “el drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad", asegura Eco.

¿Qué de esto sufrimos en El Salvador? ¿Y principalmente enfocado en lo que nos interesa, la Arquitectura y ciudad.?

Pues podemos decir que las voces sobre lo urbano y lo arquitectónico son escasas en nuestro “ciber entorno” (si es que el concepto existe) y por escasa, en su mayoría es de calidad aceptable, debido a que quien quiere hablar de esto de verdad lo desea y espera colaborar y por lo general existe un buen criterio para discutir, pero últimamente ha habido un tema, urbano que por impactante ha sido abordado por muchas personas, y eso es positivo en el sentido que la discusión es siempre un avance, pero negativo en el sentido que surgieron opiniones más político-panfletarias que coherentes, de ambos lados del folclórico espectro político salvadoreño y este tema ha sido el ya famoso SITRAMSS, y es famoso tanto por importante paso para la ciudad como por recibir lodo político a su paso.
Eco acierta al decir que el Internet promueve al tonto, y acá vimos en un periodo que dicho sea de paso parece que aún no termina, desfilar opiniones de muchas personas con poder de general opinión publica pero con escasa (o casi siempre nula) información de calidad, muchos despotricaron con un proyecto que lo que tuvo de negativo principalmente es la planificación de construcción pero no su concepto como solución de transporte, tan atrevidas fueron las opiniones como desinformadas, hasta llegar al punto que se llegó a hablar de “Errores de Diseño” termino atrevido ...
Uno de estos voceros políticos incluso llego a proponer “parar” a como fuera lugar el proyecto, ¿Con que base técnica? Ninguna más que la pasión política de ser un proyecto del partido político contrario.



Pero, ¿Es culpable solo el políticamente apasionado que da estas opiniones? O ¿Tenemos culpa quienes guardamos silencio y dejamos vacía la esquina de la opinión técnica? Si, El transporte masivo de personas es la solución correcta a todas luces para nuestra ciudad y para cualquiera que llegue a un tamaño razonable de manejo de personas, el problema está en qué forma se aborda el problema, un sistema como el SITRAMSS no fue ejecutado a partir de una simple idea vaga de lo que quería un político soñador, fue producto de muchos estudios técnicos, análisis de factibilidad, estudios de flujos y tráficos proyectados, etc.


Pero acá está el primer culpable de que los tontos hablen contra el sistema: El estado.
Son los funcionarios los que deben de defender mejor su proyecto, son ellos quienes tienen que marcar y demostrar los beneficios y sustento, y fallan terriblemente en eso, pero no solo ellos y acá viene el segundo culpable: El gremio de Arquitectos e Ingenieros, por su falta de opinión, seguro q si le preguntamos como gremial, por que su silencio dirán que no les corresponde defender o atacar un proyecto como este, pero lo siento, se equivocan! Los gremios profesionales son agrupaciones más allá de solo la reunión anual y los eventos sociales de sus agremiados, son estos llamados a ser una voz que sea escuchada de manera técnica, y si esperan ser consultados en un tema como este pues demuestran no tener en verdad el deseo de ser más que solo un club social que renta locales para fiestas.
El colegio de arquitectos debió proponer si no ser consultado, por lo menos dar una opinión técnico urbana al momento de saber la implementación de una idea tan importante como el sistema de transporte masivo de personas, si nada de esto pasó entonces nos demuestran triste pasividad y desinterés por cuestiones fueras de sus muros de asociación.
Si no cambiamos la filosofía de las asociaciones gremiales, a enfocarlas en el servicio de las ciudades, nos veremos obligados a aguantarnos las opiniones de periodistas de política panfletaria hablando de “problemas de diseño” en los proyectos urbanos, incluso buscando pararlos.
Nos tocará entonces tragarnos como dice Eco "al tonto del pueblo hablando con el mismo peso de un premio nobel..." Tan triste como ofensivo...