martes, 27 de octubre de 2015

EL SILENCIO EN TU DISEÑO Y BOUNARROTI EN LA PLAZA LIBERTAD



Walter Benjamín crítico literario alemán decía ya en los años 30`S que “ Para cualquier niño educado en la algarabía de la señales, iba a resultarle duro sino imposible encontrar el camino de vuelta al silencio que exige un libro…” lo que nunca supo era la altura de su profecía, nunca imaginó lo precisas que serían sus palabras ya para el inicio de la segunda década del siglo XXI, las señales a las que se refería eran los inicios la publicidad en revistas y la televisión, actualmente es la imagen e información en Internet, tan efímera y tan rápida de ver y desechar.
Benjamín parecía añorar el regreso de los niños a los libros y hablaba del silencio, ese que pareciera llevarte a contemplar.

En la arquitectura mucho se ha hablado sobre los “elementos de diseño” y en las aulas de arquitectura  se bombardea al estudiante  con ideas abstractas que luego pedimos  volver físicas y evidentes, y no es necesario decir que no es algo fácil.

Con el tiempo y pasando paginas a la izquierda vamos observando que los grandes exponentes de la arquitectura usan exactamente los mismos elementos en sus diseños (los buenos) pero poco a poco se van poniendo más intensos, mas filosóficos, esa arquitectura de obras pensadas metafísicamente resulta ser siempre arquitectura de la mayor calidad y ya acostumbrados a creer que eso solo sucede en países y sociedades fuera de nuestro universo social posible, imaginamos que nunca tendremos la posibilidad de vivir espacialmente una obra poderosa a los sentidos, pero nos equivocamos, Miguel Ángel Bounarroti paseó por el centro de San Salvador y pudo ser la única vez que eso sucedió, pero sucedió…

Robert Hughes crítico de arte, decía que una obra no debería de necesitar a su autor al lado explicándola, y en el corazón de San Salvador el escultor Rubén Martínez creo una iglesia que cada vez que la visito me explica ella  misma algo nuevo, siempre, la iglesia del El Rosario frente a la plaza Libertad es un edificio sublime, una especie de mole vacía de concreto que pareciera un pez gigante que emerge del agua y atrapa una bocanada de aire y queda congelada en el acto, ese aire atrapado es espacio, espacio congelado y atrapado para nosotros, esa iglesia es espacio, espacio encerrado en una estructura, de materiales francos, vivos, toscos, sencillos, pobres y  sin opulencias ni grandes deseos de grandeza, en esencia salvadoreños.

Miguel Ángel Bounarroti, el gran escultor italiano  convertido a pintor de la capilla Sixtina tuvo en sus manos exactamente el mismo dilema de Rubén Martínez, el mismo.

Durante siglos la representación de lo divino fue un reto en lo simbólico, la trinidad cristiana se valía del egocentrismo humano y daba figura masculina a Dios Padre y Dios hijo, pero el Espíritu Santo fue un problema, muchos dieron solución a esto en arte durante siglos pero fue Miguel Ángel quien dio la mejor, nada, el vacío.

En el techo de la capilla Sixtina el pintor (que veía como escultura) mostró al papa Julio II su idea de la vida y del espíritu santo creándola, ubicó la figura de un Creador severo dando vida a un Adán placido, extendiendo ambos sus manos y sus dedos índices, pero ahí el pintor dejo el espacio, jamás se tocan, no hay nada entre ellos y deja al espectador imaginando que sucede, y lo hace creer en lo que no es visible a sus ojos.


Muchos siglos después Rubén Martínez da su versión del Espíritu Santo en u obra y recurre al vacío entre las dos grande culatas de su edificio, que no poseen columnas que interrumpan nada al espectador, en una pared coloca con un juego soberbio de vidrios incrustado un enorme ojo que “todo lo ve” que representa al padre, y frente a él a su hijo crucificado, es entonces cuando ese  pequeño espacio entre los dedos de Adán y el creador es expandido y se habita, se usa pero no deja de ser un vacío, y acá este se pinta de colores etéreos de luz que es intangible pero ahí está, existe pero no puede ser dominada, ni detenida, solo se puede dejar que te toque como usuario, y esta es la fenomenal idea del diseñador, hace el vacío un elemento del edificio, logrando con esto una obra arquitectónica que al mismo tiempo es una obra en movimiento constante, una idea que se representa a cada uno de los segundos en que se usa como escultura cinética de Calder.

Martinez evidencia su alma escultórica proponiendo vivir una escultura por dentro, con todo el misticismo posible, uno bien logrado, dulce al ojo, en el que todo lo que contiene parece liviano, transparente en silencio y justo en su lugar. 

En la arquitectura lograr la abstracción lo es todo, la propuesta de un diseño cuando es significativo debe de llevar simbolismo, debe de ser una idea que fue digerida en la cabeza del creador una y otra vez, y es acá donde somos a veces atrevidos al definir la arquitectura como un arte, cuando no pensamos como artistas y tal vez deberíamos hacerlo.

Un diseñador (de cualquier área) que pueda ver más allá de su propio trazo y pueda despojarse de lo cotidiano encontrará productos poéticos y memorables y para esto es el aula el mejor lugar  para lograrlo, siempre y cuando el profesor entienda que el vacío existe y lo promueva.

miércoles, 21 de octubre de 2015

UN POCO DE BLASFEMIA PARA ADEREZAR EL MES ARQUITECTONICO



Cuando estudiamos una carrera universitaria, en los primeros años tendemos a enamorarnos de quienes en los libros sentaron las bases de lo que ahora estudiamos, es así como los estudiantes de química se encantan con Curie, los de derecho con Robespierre, y los jóvenes informáticos con Alan Turing, pero todo esto va cambiando poco a poco mientras los ciclos se van acumulando y el espíritu crítico se va formando en los jóvenes y van viendo a estos héroes iniciales solo como lo que son, célebres personas que al mismo tiempo que podían ser referentes en su materia también podían no acercarse a la verdad en muchas formas, pero algo curioso sucede en la arquitectura con uno de estos personajes, Jeanneret- Gris el mítico Le Corbusier.

Las redes sociales están inundadas de frases, trazos, memes, e imágenes del arquitecto suizo, y teniendo en cuenta la forma en que esto permea las mentes de jóvenes  arquitectos en potencia en nuestro tiempo, poco a poco este se convierte en un icono de algo difuso, e inentendible pero icono al final, como la imagen universal de rebeldía que representa la fotografía de Ernesto Guevara inmortalizada por Alberto Díaz.

Es así como Le Corbusier (por lo menos en nuestras latitudes) se vuelve una imagen que automáticamente te lleva a pensar que es ese el sueño a alcanzar, y que nuevamente evidencia lo poco que entendemos la arquitectura por no “leerla”, diremos pues que no hay que tener miedo de decir: “YO NO QUIERO SER COMO LE CORBUSIER…”

Y eso es el razonamiento del título de este comentario, hacer eso puede sonar a oídos castos una real blasfemia arquitectónica! so pena de caer en las garras (oídos) de un par de arquitectos que funjan como una comisión inquisidora en cualquier escuela local de arquitectura. Me atreveré entonces a decir que poner a Le Corbusier en pedestal divino es un error, o por lo menos un acto desatinado.

Jeanneret pertenece a un grupo afortunado en un momento histórico afortunado, el movimiento moderno se presenta al mundo en la primera mitad del siglo XX, y es Philip Johnson y Rusell quienes lo nombran “Estilo Internacional” pero no es Le Corbusier quien en verdad sienta sus bases, ese es más mérito de otros que no pasan las mismas glorias de este. La historia arquitectónica (contada por arquitectos) no dan siempre el valor necesario a personajes como Loos, Gropius y el mismo Mondrain desde De Stijl.

Le Corbusier si es un personaje q deja claro sus intenciones, de falta de definición no podremos acusarlo, su obra arquitectónica siempre deseaba decir y proclamar algo, era un hombre definido. La Villa Saboye es eso, su manifiesto, con los 5 componente de la nueva arquitectura, pero no dejaba de ser una idea solitaria en su propia visión, sus defensores consideran la Capilla Ronchamp, la prueba de que no era una mente “encasillada” en las líneas rectas, esta en verdad es una obra hermosa pero está lejos de ser una “prueba” de nada.

Le Corbusier es ante todo un utópico, y por eso es afortuna de haber existido en el tiempo q existió, el representa el ala más soñadora del movimiento moderno, si bien es cierto la vanguardia arquitectónica siempre será un sitio de soñadores, otros en su momento supieron entender y leer el movimiento y dieron su versión más honesta formalmente hablando y quien más sobresalió en eso fue Louis Kahn, quien no tiene su merecido puesto en el panteón arquitectónico.

La utopía es una idea que endulza a los arquitectos que tocan el cielo de la fama o por lo menos eso era así en el siglo pasado antes de que surgieran los Starchitecs, que piensan solo en si mismos y su nombre. Y fueron estas ideas sobre la utopía el fallo Le Corbusier, sus manifiestos siempre giraron alrededor de la ciudad, sus ideas siempre fueron macros, y en esto olvido al hombre, a la persona, creyó que podía educarlos en el uso de la ciudad perfecta, supuso que las personas necesitaban que les diera la ciudad ideal y ellos la usarían desde el primer momento felices, miraba los espacios y las los edificios de apartamentos como “maquinas de habitar”, no comprendía la fascinación de las personas por el mobiliario casi victoriano, simplemente no los comprendía.

La mayor y más grande prueba de su divorcio de la idea de que los usuarios tienen libertad es la Unidad de Habitacion de Marsella, una mole de concreto que ponía a prueba su idea de Modulor que buscaba dar escala humana a lo diseñado, pero que entendía también al humano como un ser irónicamente no urbano, Le Corbusier pretendía que las personas hicieran todo en su edificio excepto transportase y trabajar, suponía que bastaba con hacer un techo agradable y útil para que las personas no desearan salir nunca de el, ideo zonas de comercio dentro del edificio que las personas apenas utilizaron, sus espacios habitacionales son apenas mayores algunos que armarios, con distribuciones de pasillos que a veces parecen interminables, simplemente las personas deseaban salir de él y vivir el exterior.


 Le Corbusier planeaba la ciudad como edificios tan separados entre si que las avenidas serian gigantescas y que en el futuro cada uno de nosotros iríamos al trabajo en nuestro propio avión por lo tanto necesitaríamos pistas de aterrizaje.
Quienes siguieron estas ideas como directrices divinas parieron proyectos que históricamente serán recordados como errores descomunales, como lo son Brasilia y Chandigarh. Afortunadamente otros no siguieron las ideas, porque de haber sido así el Plan para París habría acabado con la ciudad Luz misa. 
Le Corbusier era genial? Si! Pero su aporte justamente deberá quedar en la historia como una de las grandes mentes en la arquitectura, su amor por la utopía es fenomenal y loable, pero no el más grande arquitecto, no cuando otros, vieron el movimiento moderno y su frialdad inicial la llevaron a niveles sublimes de experiencias espaciales únicas, como las obras de quien ya mencionamos, Louis Kahn.

Si rechazar a Le Corbusier es una idea acertada o un disparate de mi parte la discusión y el debate lo dirá, y el debate es el motor del conocimiento, poner en duda todo y no creer nada a la primera.

El producto arquitectónico debe de centrarse en la persona, Le Corbusier lo entendía, y sus cartas lo enfatizan pero hay que entender a la persona como un ente que decide y razona, el arquitecto no es nada parecido a un dios que designa lo mejor para el humano que ve como usuario, el pecado de Le Corbusier fue no creer que las personas deciden, vio lo urbano como un sistema que presindia de los anhelos humanos, ese pecado es popular entre los arquitectos y puede cambiar de escala, hasta llegar a nosotros, cuando diseñamos espacios pretendiendo “educar” a las personas, sin pensar en ellas, no es absurdo ni irreal vemos esto en nuestra propia ciudad, en lo que se refiere a los mercados municipales como un ejemplo, si, los mercados, como ejemplo de pecados Le Corbusianos (si el termino existe) cuyos diseños son soberbios pero la personas no se sienten bien en ellos, pero eso será un tema interesante para una próxima entrada…. 

Pd. Este mes celebramos en este país el día del Arquitecto, no comentare si es significativa esa fecha, pero curioso si es que también se celebre alrededor del mundo justo ese día el día internacional contra el dolor, en este país duele, amar la arquitectura….