Sin el ánimo de
que esta sea una discusión epistolar, y evidentemente sin ser un esperto en escribir como un periodista, me he tomado el atrevimiento de
parafrasear el tema de un artículo publicado en la sección de Blogs de el
periódico digital El Faro, en donde desde una interesante perspectiva de
ciencia el antropólogo Jorge Arturo
Colorado expone porque en su opinión cerrar definitivamente el Zoológico
nacional es una mala idea, o como minino el errado deseo de muchos, en ese
sentido de debate y siendo este espacio uno casi exclusivamente usado apra hablr ade ciudad y aqruitectura es que me atrevo a lanzar tres razones que a mi juicio
justifican el cierre del Zoológico nacional tambien desde el punto de vista urbano y ambiental.
Primero.
Las personas comenten un error común pero no
simple al pensar que cerrar el Zoológico es perder automáticamente el espacio público,
y eso no es así, un posible cierre es más bien una transformación del uso del
espacio, la ciudad no tiene por qué perder un espacio público y más bien deberá
obtener uno de mayor calidad al existir esta transformación, y si hablamos de
espacio urbano, este está en una zona de mayor y mejor equipamiento de toda la
ciudad, reconvertirlo es una enorme oportunidad urbana no aprovecharla será
trágico. Así que no se debe de relacionar el
cierre con la ausencia automática de espacio público.
Segundo.
Hay que
entender que el concepto de nuestro Zoológico es del pasado, más
específicamente es una idea de más de 2 siglos
que viene de las eras imperiales de un mundo que ya no existe, en donde
originalmente un monarca absoluto
“coleccionaba” animales “raros” traídos desde las partes más remotas de
sus territorios coloniales para su recreo, con la venida de la ilustración a
Europa la ciencia se apoderó de la idea y la llevó a las masas combinando la
recreación con el desarrollo de la ciencia moderna, pero la idea siguió
existiendo hasta el punto de presentar humanos en exhibición bajo la misma idea
que era ver “especies raras” que la mayoría de personas nunca verían
normalmente, así es como desfilaron por zoológicos europeos aborígenes australianos
y pigmeos africanos, pero ese mundo ya no existe, o por lo menos parte de él y el que poseemos ahora es uno amenazante,
las poblaciones de animales que antes recreaban ahora están en peligro y sus
ecosistemas en seria crisis, el concepto de nuestro Zoológico ( o por lo menos
de una parte de él) es anacrónico, y dañino a las ya debilitadas especies,
tiene como tendencia dar importancia a las especies “exóticas” de las que solo
se puede tener pura exhibición y en países con pocos recursos es solo una
condena de muerte prolongada, no habrá investigación ni programas de reproducción
para un Tigre de Bengala en ningún zoológico
en Centro América.
Tercero.
Es urgente para
nuestra realidad tener un centro de conservación real eficiente y moderno de conservación
de nuestra fauna, los recursos de este Zoológico, deberían de enfocarse en programas reales para nuestras
especies, ¿Que hacemos para conservar y salvar de la extinción al pez Machorra
en nuestros frágiles esteros? ¿Qué programa de recuperación de primates existen
para repoblar en áreas protegidas donde habían antes tropas sanas? En realidad
nuestro ecosistema necesita de mucho trabajo y recursos, el Zoológico debe de
entrar en una etapa de transformación y si se es lo suficientemente creativo , también
se puede hacer creativo este cambio, también puede ser económicamente viable,
la ciencia se beneficia, las personas y las especies, visitar un centro de rehabilitación
de verdad, puede ser más motivante para una que una niña se interese por la
ciencia que solo observar de en una jaula un tigre. Los biólogos, veterinarios
y colaboradores son recursos con los que ya se cuentan y es una base valiosa
con la que formar una nueva idea y proyecto, cerrar el la exhibicion de animales no aleja a la ciencia ni ni impide al acercamiento de los niños a ella.
El Zoológico
transformado debe de ser reubicado, la ciudad es dañina para él y al mismo
tiempo la ciudad necesita salvar ese espacio, esta transformación será un paso más
a conectarnos al siglo XXI un siglo que pareciera desear ser más verde, más digital y más limpio, en donde
los Zoológicos como el nuestro son ideas del pasado de las cuales algún día
deberemos sentir vergüenza.