sábado, 4 de marzo de 2017

Por que si es buena idea cerrar el Zoológico de El Salvador



Sin el ánimo de que esta sea una discusión epistolar, y evidentemente sin ser un esperto en escribir como un periodista,  me he tomado el atrevimiento de parafrasear el tema de un artículo publicado en la sección de Blogs de el periódico digital El Faro, en donde desde una interesante perspectiva de ciencia el antropólogo Jorge  Arturo Colorado expone porque en su opinión cerrar definitivamente el Zoológico nacional es una mala idea, o como minino el errado deseo de muchos, en ese sentido de debate y siendo este espacio uno casi exclusivamente usado apra hablr ade ciudad y aqruitectura es que me atrevo a lanzar tres razones que a mi juicio justifican el cierre del Zoológico nacional tambien desde el punto de vista urbano y ambiental.

Primero.
 Las personas comenten un error común pero no simple al pensar que cerrar el Zoológico es perder automáticamente el espacio público, y eso no es así, un posible cierre es más bien una transformación del uso del espacio, la ciudad no tiene por qué perder un espacio público y más bien deberá obtener uno de mayor calidad al existir esta transformación, y si hablamos de espacio urbano, este está en una zona de mayor y mejor equipamiento de toda la ciudad, reconvertirlo es una enorme oportunidad urbana no aprovecharla será trágico. Así que no se debe de relacionar el cierre con la ausencia automática de espacio público.

Segundo.
 Hay  que entender que el concepto de nuestro Zoológico es del pasado, más específicamente es una idea de más de 2 siglos  que viene de las eras imperiales de un mundo que ya no existe, en donde originalmente un monarca absoluto  “coleccionaba” animales “raros” traídos desde las partes más remotas de sus territorios coloniales para su recreo, con la venida de la ilustración a Europa la ciencia se apoderó de la idea y la llevó a las masas combinando la recreación con el desarrollo de la ciencia moderna, pero la idea siguió existiendo hasta el punto de presentar humanos en exhibición bajo la misma idea que era ver “especies raras” que la mayoría de personas nunca verían normalmente, así es como desfilaron por zoológicos europeos aborígenes australianos y pigmeos africanos,  pero  ese mundo ya no existe,  o por lo menos parte de él  y el que poseemos ahora es uno amenazante, las poblaciones de animales que antes recreaban ahora están en peligro y sus ecosistemas en seria crisis, el concepto de nuestro Zoológico ( o por lo menos de una parte de él) es anacrónico, y dañino a las ya debilitadas especies, tiene como tendencia dar importancia a las especies “exóticas” de las que solo se puede tener pura exhibición y en países con pocos recursos es solo una condena de muerte prolongada, no habrá investigación ni programas de reproducción  para un Tigre de Bengala en ningún zoológico en Centro América.

Tercero.
Es urgente para nuestra realidad tener un centro de conservación real eficiente y moderno de conservación de nuestra fauna, los recursos de este Zoológico, deberían de  enfocarse en programas reales para nuestras especies, ¿Que hacemos para conservar y salvar de la extinción al pez Machorra en nuestros frágiles esteros? ¿Qué programa de recuperación de primates existen para repoblar en áreas protegidas donde habían antes tropas sanas? En realidad nuestro ecosistema necesita de mucho trabajo y recursos, el Zoológico debe de entrar en una etapa de transformación y si se es lo suficientemente creativo , también se puede hacer creativo este cambio, también puede ser económicamente viable, la ciencia se beneficia, las personas y las especies, visitar un centro de rehabilitación de verdad, puede ser más motivante para una que una niña se interese por la ciencia que solo observar de en una jaula un tigre. Los biólogos, veterinarios y colaboradores son recursos con los que ya se cuentan y es una base valiosa con la que formar una nueva idea y proyecto, cerrar el la exhibicion de animales no aleja a la ciencia ni ni impide al acercamiento de los niños a ella.


El Zoológico transformado debe de ser reubicado, la ciudad es dañina para él y al mismo tiempo la ciudad necesita salvar ese espacio, esta transformación será un paso más a conectarnos al siglo XXI un siglo que pareciera desear ser  más verde, más digital y más limpio, en donde los Zoológicos como el nuestro son ideas del pasado de las cuales algún día deberemos sentir vergüenza.